Cómo en toda obra, La Vuelta a España se acerca al desenlace de una trama que nos ha ofrecido sus giros de guion y ha ido creciendo en intensidad. Lo que resta en la última semana a priori lo podemos imaginar, un Primoz Roglic que se ha mostrado como el más fuerte de la carrera, pero también ha dado muestras de no estar súper. Quién sabe si al final no tendremos un final inesperado. Esto es lo que nos espera en las 6 etapas restantes.
Con una clasificación general tremendamente apretada, con apenas 3 minutos de diferencia entre el primero y el quinto, los escenarios que se plantean de cara a la última semana de La Vuelta a España 2024 son variados.
De entrada, mencionar lo que tendrán que superar las ciclistas de aquí al próximo domingo: seis etapas donde únicamente encontrarán un terreno al más amable, que no fácil en la jornada del miércoles que finaliza en Santander.
De entrada, mañana, al regreso de la jornada de descanso, un indigesto menú con Lagos de Covadonga que viene precedido del ascenso a la Collada Llomena. Un final idéntico al que sirvió a Primoz Roglic para dejar prácticamente encauzada su victoria en La Vuelta del año 2021.
El jueves otra etapa de media montaña que podría dar mucho juego por la ubicación del duro puerto de Herrera a 40 kilómetros de la llegada pese a que, lo más probable, es que se trate de una nueva jornada con protagonismo en la fuga. Más que nada, porque tras esta jornada esperan otras dos etapas intensas. La primera, por tierras riojanas, un recorrido tipo monopuerto con final en Moncalvillo que servirá de aperitivo a la auténtica etapa reina de La Vuelta 2024.
Un terrorífico recorrido por tierras cántabras con nada menos que 7 ascensiones, cada cual más dura y el demoledor final en las duras rampas de Picón Blanco. Y, por si quedara algo por decidir, una contrarreloj rapidísima en las calles de Madrid muy apta para que los especialistas en la lucha individual sean capaces de endosar un buen montón de segundos a sus rivales.
Todo es posible
Obviamente, la lógica dicta que esto va a ser cosa de Primoz Roglic, quien etapa a etapa va dando mordisquitos a la diferencia que le separa de Ben O’Connor y ya únicamente se encuentra a 43 segundos del liderato. Si todo transcurriera según lo previsto, a Red Bull-BORA-hansgrohe le bastaría con controlar la carrera y dejar que Primoz Roglic siguiera endosando segundos en los tres finales en alto que restan sabedor además que en la contrarreloj de Madrid cuenta, a priori, con ventaja sobre sus rivales como para tener ahí un colchón con el que imponerse sin agobios, únicamente centrándose en no fallar.
Sin embargo, la etapa de ayer con final en Cuitu Negro nos dejó dudas sobre las piernas con las que Primoz Roglic llega a la última semana de La Vuelta 2024. Recordemos que, como le sucedió a Jonas Vingegaard en el Tour, viene de recuperarse de una grave caída en la prueba francesa lo que incluso tuvo en duda su participación en La Vuelta hasta pocos días antes del comienzo. No es descartable que se le pueda hacer larga la carrera y, con la clasificación tan cerrada, fallar un día sería definitivo para sus opciones.
En el caso de que llegara el fallo de Primoz Roglic, quién parece en mejor disposición de asaltar el maillot rojo es un Enric Mas que, por lo pronto, ha sido el único capaz de seguir la rueda de Primoz Roglic aunque ello le haya supuesto, como el otro día en Ancares, acabar claudicando. Tampoco es que garantice mucha solidez ya que, pese a su buen estado de forma, se el están haciendo largos los finales en alto y no da muestras de tener en las piernas un ataque con el que poder endosar diferencias. Sobre todo, teniendo en cuenta su siempre pobre rendimiento en la contrarreloj que supone un duro hándicap de cara a la jornada final en Madrid.
Muy buenas sensaciones las que está ofreciendo también el ecuatoriano Richard Carapaz, quien se encuentra ante un escenario muy similar al de Enric Mas aunque con un punto menos en la montaña para poder estar delante. Sin embargo, en el caso de Carapaz estamos ante un corredor tremendamente bravo que seguro que tratará de morir matando y no es descartable que pueda regalarnos una ofensiva como la que le aupó al puesto que ocupa en la general en la etapa de Sierra Nevada.
Mikel Landa, pese a que los landistas tengan fe ciega en que tenga guardada bajo la manga una actuación estelar lo cierto es que, como demostró ayer con su ataque en Pajares, es un quiero y no puedo. Está bien colocado, es ambicioso pero las piernas le dan para lo que le dan. Eso y su escasa capacidad en la contrarreloj hacen muy difícil que pueda progresar más allá del quinto puesto que ahora ocupa.
Dejamos para el final al líder de La Vuelta 2024, Ben O’Connor. El australiano, al que muchos no de daban en el liderato más allá de Sierra Nevada está sabiendo resistir con un equipo muy justo a su alrededor. En los finales en alto el mismo sabe que no puede estar con los primeros y ya no trata de salir a los ataques de Roglic sino que tiene la sangre fría para dejarle hacer, poner su ritmo y, a base de sufrimiento, tratar de estirar su ya exigua renta como si fuera un chicle.
Obviamente, los segundos se le van acabando y todas sus opciones pasan por el fallo de Roglic que, como decíamos arriba, no es descartable que pueda llegar. En ese caso, pese a que el resto de favoritos haya estado también restándole tiempo, las diferencias aún son amplias con ellos y no hay ya una diferencia tan grande en la montaña como para no tratar de agarrarse a la esperanza. Además, en la crono, la situación estaría más o menos igualada si al final tocara jugársela en un escaso margen de segundos con ellos.
De hecho, podríamos estar ante un escenario en que Roglic se hundiera en alguna de las etapas de montaña que quedan y todo se decidiera entre ciclistas no especialistas en contrarreloj, en la última etapa y precisamente sobre la cabra en apenas un puñado de segundos.
Fuente: Tomado de www.brujulabike.com