Este miércoles 17 de abril el ecuatoriano Richard Carapaz disputará la Flecha Valona con el EF Education-EasyPost. El campeón olímpico de ruta en Tokio 2020 será una de las principales cartas del equipo estadounidense para la histórica clásica belga, en la que fue noveno en el año 2021.
La ‘Locomotora del Carchi’ viene de participar en la 58 edición de Amstel Gold Race, en la que finalizó en la casilla 51 a 1:56 del ganador, el británico Thomas Pidcock (INEOS Grenadiers), luego de estar 35 días sin competir al más alto nivel.
El resto de la formación del club estadounidense la completan el australiano Harry Sweeny, el danés Mikkel Honoré, los irlandeses Ben Healy y Archie Ryan y los británicos Owain Doull y James Shaw.
Carapaz estuvo alejado de las carreras como consecuencia de la fuerte caída que sufrió el 10 de marzo en la séptima y última etapa de la Tirreno-Adriático, en Italia. Una vez recuperado de los golpes, sobre todo en las rodillas, el deportista carchense se presentó otra vez en la línea de partida y se mostró en forma.
A ‘Richie’ se lo vio varias veces a la cabeza del pelotón de favoritos en la Amstel Gold Race, y hasta trabajó para sus compañeros Ben Healy y Marijn van den Berg. “Ha sido una carrera muy dura. Estoy contento, he hecho un buen inicio después de no competir tanto tiempo. La sensación ha sido muy buena”, dijo Carapaz tras la justa holandesa.
“La idea era trabajar para Van den Berg, que iba muy bien para el esprint, pero se nos ha colado un grupo y ha sido imposible cerrarlo. He tratado de colaborar con el equipo lo más que he podido. Es un proceso, hay que ir poco a poco”, añadió el carchense, en declaraciones publicadas en su página oficial.
En todo caso, lo más positivo fue que el campeón olímpico ecuatoriano sumó ritmo de carrera para sus próximos retos de la temporada.
Recorrido diferente para este año en Flecha Valona
Con el cambio de este 2024, casi se podría decir que la Flecha Valona se ha convertido en una ‘carrera en circuito’. Cuatro veces se pasará ahora el Muro de Huy, el famoso Chemin des Chapelles, con sus 1300 metros al 9,6% y esas máximas pendientes alrededor del 20% que constituyen el sprint en cuesta más famoso de toda la temporada.
La prueba cambia bastante su fisonomía. Desaparece en el circuito la Côte de Cherave, que endurecía bastante la aproximación y paso por Huy, y el circuito por tanto se vuelve más abierto. ‘Solo’ hay otra subida más: Ereffe (otros cuatro pasos), 2 100m al 5% con otro repecho posterior antes de bajar hacia la ciudad -cima a 13 km del final- para la ascensión decisiva.
Fuente: El Comercio y Revista Mundo Ciclístico