Durante los últimos años ciclistas como Van der Poel, Pidcock, Van Aert o Ganna nos han permitido disfrutar de sus actuaciones no sólo sobre la bici de carretera sino también siendo competidores de primer nivel en ciclocross, mountain bike o pista. Sin embargo, cada vez se miden más las apariciones en estas disciplinas para priorizar la temporada de carretera.
Estamos en el mes de diciembre, con la temporada de ciclocross bien avanzada y, sin embargo, los tres tenores: Pidcock, Van der Poel y Van Aert aún no se han dejado ver por los circuitos cuando no hace tanto, especialmente los duelos entre Van der Poel y Van Aert eran la salsa de esta competición. De hecho, apenas coincidirán los tres en un puñado de carreras y únicamente Mathieu disputará el Mundial, tratando de lograr su sexto entorchado.
La exigencia de sus escuadras de carretera para que brillen sobre el asfalto está provocando que sus temporadas de ciclocross resulten cada vez más reducidas, apenas testimoniales, incluso el propio Van der Poel se ha llegado a plantear un invierno sin carreras sobre el barro buscando, además de una preparación óptima, cuidar su maltrecha espalda que cada cierto tiempo le genera problemas.
Tom Pidcock el año pasado también puso fin a su temporada de ciclocross antes del Mundial después de que en 2022 convertirse en Campeón del Mundo le llevara a llegar a las clásicas sin una preparación adecuada, algo que estuvo arrastrando a lo largo de una temporada en la que apenas brilló en momentos muy puntuales.
Para el 2024 la prioridad no será la carretera y ha recibido manga ancha para buscar un calendario que le permita llegar en perfectas condiciones para revalidar su medalla de oro olímpica de XCO en los próximos Juegos Olímpicos de París.
Por su parte, Wout van Aert es quien mejor ha venido compatibilizando ciclocross y carretera, en esta última no sólo para el brillo propio sino siendo también como uno de los baluartes de Jumbo-Visma en las últimas campañas. Sin embargo, este nivel de exigencia ha hecho que sus resultados se resientan a lo largo de esta última campaña en la que, pese a estar siempre en puestos de cabeza apenas ha conseguido rematar habiendo coleccionado una inusitada cantidad de segundos puestos.
En su cabeza de cara a 2024 únicamente está el sacarse la espina clavada desde hace tiempo de no contar con uno de los monumentos del adoquín aún en su haber. De hecho, pese a su gran calidad y extenso palmarés, únicamente la Milán-San Remo aparece en este en la categoría de carreras del máximo nivel.
Unos objetivos que no pasan por dedicar tiempo de entrenamiento a rendir en el ciclocross por lo que su temporada también se centra este año en diciembre y enero, apenas algo más de un mes, para hacer buena caja dado el caché de estos ciclistas en esta disciplina, pero sin que suponga un perjuicio a su planificación deportiva.
Por otro lado, tenemos a los ciclistas de pista que han combinado tradicionalmente ambas disciplinas sin que ello les suponga un perjuicio aunque, también es cierto, las exigencias a hombres como Filippo Ganna son mucho menores que la que puedan tener los antes mencionados y las similitudes en la preparación para rendir en contrarreloj en carretera y en la disciplina de persecución en pista son muy similares.
Hemos podido disfrutar de estos grandes ciclistas durante muchos años más allá de la carretera pero todo indica que cada vez veremos menos actuaciones de ellos fuera de las ruedas finas. Al fin y al cabo, quienes les pagan son sus equipos de carretera y es sobre el asfalto donde estos obtienen sus réditos publicitarios de sus victorias.
Fuente: www.brujulabike.com