MADRID. La Vuelta a San Juan en Argentina (27 de enero-3 de febrero), desde que en 2017 recibió la categoría 2.1 de la UCI, ha encontrado su hueco en el calendario como punto de partida para varias figuras (en este 2019 será la primera carrera de Nairo Quintana o Julian Alaphilippe, por ejemplo). Una cita que también está ayudando al desarrollo del ciclismo en el país sudamericano.

«Creo que es muy positivo que Argentina tenga una gran prueba. Quizá no somos muchos profesionales, pero poco a poco hay cada vez más jóvenes que despuntan y que hacen tener esperanzas con un buen futuro. Que haya una carrera de este nivel es clave para que los jóvenes del país tengan oportunidades de llamar la atención», cuenta Eduardo Sepúlveda, corredor de Rawson (en la provincia de Chubut), ciclista del Movistar y uno de los dos corredores argentinos que tienen plaza en el World Tour junto a Maximiliano Richeze (Deceuninck).

Para Sepúlveda, de 27 años, también será su primera carrera del año, a la que acude con un objetivo claro. «Vienen Nairo Quintana y Richard Carapaz como líderes, me tocará apoyar al equipo», asegura, aunque espera tener oportunidades para brillar. Un corredor que se hizo ciclista en las carreteras de la Patagonia y que despuntó en los programas de desarrollo de la UCI antes de dar el salto al pelotón europeo.

Para este año, espera poder demostrar que sigue teniendo hueco en la élite («ojalá llegue alguna victoria»), aunque sabe que también tendrá que trabajar para que el Movistar logre los objetivos. Después de que el año pasado no se lograran cumplir en las tres grandes (al menos de cara a la general), en este 2019 cree que puede cambiar la inercia: «Es muy importante que cambie la suerte, el año pasado no nos acompañó en esas carreras y vamos a trabajar para que sea distinto en este 2019 y los líderes tengan oportunidad de rematar». (as.com)